¿Hay plan mejor para un viernes por la noche que colarse en el cumpleaños de una conocida de tus amigos? Creo que no. La historia de cómo accedí a ir allí sin saber nada de la cumpleañera tiene su origen en mi propia vida, en mi propia historia y en mis propios cumpleaños.
Cumplía 18 años y no hubo mejor decisión por parte de mis familiares que hacerme una fiesta sorpresa. Lo único -y lo más básico, por otra parte- que falló fue la asistencia de mis entonces "amigos". Asistieron dos amigas y porque eran el gancho que me llevaba hasta el lugar de la fiesta, de no haber sido así supongo que tampoco se habrían presentado.
Y allí estaba yo, celebrando mi mayoría de edad rodeada de las amigas de mi madre y sus hijas, a las que sacaba, al menos, 10 años. Dos amigas, un primo, el mejor amigo de mi primo y mi hermana... ese era el panorama más cercano a mi edad. El resto, unas veinte personas, o no llegaban a los 9 años o superaban los 30.
Deprimente... pero no culpo a mis familiares, que al menos lo intentaron y cuya intención fue buena, culpo a aquella gente con la que me juntaba por aquel entonces, lejos ya de mi marco social y enterrada en el reloj del pasado.
Espero que comprendáis que habiendo vivido semejante cumpleaños sorpresa quisiera hacer bulto, como poco, en la fiesta de esta chica. Resultó que todo salió bien, y solo de Terracita's nos juntamos la mayoría: la madre llamó a P y M, P dijo que no iba sin M, M llevó a su pareja, de rebote engancharon a C y G, y viendo el panorama nos apuntamos también Philip y yo. Nosotros siete, más cuatro amigas cercanas de la cumpleañera, ahí estaba la verdadera fiesta, en la mezcla de amigos, conocidos y desconocidos.
Creo que todo salió a pedir de boca, cenamos pizza, sandwiches y mediasnoches y había alcohol suficiente para todos, ¿qué más pedir? A, pareja de M, llevó su ordenador y nos hizo de DJ. C nos brindó la posibilidad de jugar a "Verdad o reto" ya que lo tenía descargado en el móvil y cuando la batería decidió morir hizo su triunfal aparición el mítico "Yo nunca".
Todo Terracita's íbamos con intención de pasar una hora, por cortesía, y volver, pero nos lo pasamos tan bien -o esa es mi impresión- que nos quedamos hasta pasadas las 00:30h. Hora en la que vimos que la fiesta empezaba a decaer y decidimos no alargarlo más.
Un viernes extraño pero divertido, en el que he cumplido un sueño más: colarme en un cumpleaños. Da igual que todo haya sido "legal", seguiré considerando que es un sueño a tachar en la lista de tareas pendientes de la vida.
Aurora