¿Sabéis cuál es esa sensación de paz interior cuando apruebas un examen imposible? Lágrimas en los ojos reflejan la ansiedad marchita de estos días de atrás. Darte cuenta de que ese examen que tanto te hizo desesperarte es cosa del pasado, que ahora otros nuevos misterios te aguardan, es abrumador.
Ya es verano, oficial y personalmente. Las vacaciones han llamado a mi puerta con un aprobado y mi consiguiente felicidad. Nadie puede imaginarse las horas que he pasado encerrada y rodeada de apuntes para que en el examen todos mis conocimientos se esfumaran, huyeran como cobardes y me dejaran sola ante la hoja de papel. Esa sensación de vértigo y la noción de un suspenso asegurado son devastadoras. Pero no, tengo un 5, justo y raspado, pero aprobado.
Me falta el aire por el estrés acumulado, por saber a ciencia cierta que tanto sacrificio ha merecido la pena. Estoy aprendiendo a respirar de nuevo. Desde aquí os animo a no dejaros vencer y luchar siempre hasta el final.
Suerte a todos con vuestras notas.
Aurora