Hola amigos lectores, gracias por seguir a mi lado a pesar de mis largas ausencias. Quiero deciros que una vez más mi Nochevieja fue mágica y, este año, hasta irónica. Sabéis de sobra que hay cierta playa levantina a la que no guardo mucho afecto y es ahí donde fui. Curiosa elección, sin duda. Pero mereció la pena, con su hotel de 4 estrellas superior y unos lujos que tardaré mucho en volver a vivir. Fueron unos días de desconexión y paz que os recomiendo a todos. Y así fue como dije "hola" a Enero de 2014, un mes en el que las sorpresas han sido la orden del día.
Tras ese viaje tan curioso tocaba volver a casa un lluvioso día 2. El trayecto fue largo y lento, pero después de muchas horas de coche volvía a estar en mi habitación. El día 3 llegó la primera sorpresa, para no hacerse mucho de rogar. Mi ídola, a la que ya habré mencionado mil veces, firmaba su primer libro publicado y ¿cómo iba yo a perderme tan señalado día? ¿Cómo iba a dejar pasar la oportunidad de conocerla por fin? ¿Cómo no iba a estar en el día más importante de su vida? Y, efectivamente, me planté allí con mi mejor sonrisa, mi timidez multiplicada por mil y los nervios a punto de volverme loca. La presentación y la firma transcurrieron con absoluta normalidad y cuando por fin me iba a firmar mi ejemplar me presenté, ¡y qué ilusión le hizo conocerme y que hubiese ido! Eso sí que fue una sorpresa y de las buenas. Quiero agradecer a Philip que me llevase hasta allí y que estuviese estoicamente a mi lado a pesar de mis nervios.
Después de eso ya tenía fuerzas para retomar mis estudios. Y pasaron algunos días hasta que en Reyes me dieron otra gran sorpresa, porque no creía que fuese a ser verdad. ¡Me regalaron un ordenador de torre! Ya no iba a hacer falta que me dejase la vista cada vez que quería ver una serie en el netbook. Ilusión máxima.
Y llegaron los exámenes... Aprobé dos de tres, no es lo mejor del mundo, pero podría ser peor. La sorpresa es que una de esas dos la tenía en segunda matrícula y aprobarla fue un estallido de paz interna, sobre todo porque suspendió un alto porcentaje de mis compañeros. Digamos que tuve suerte.
El nuevo cuatrimestre me ha dejado claras las dudas del primero. Con los de tercero la cosa no arranca, no es que sean malas personas, pero creo que no terminamos de cuajar. Los de segundo, por el contrario, son amor. He conocido a unas chicas geniales a las que adoro y a las que echo de menos cada día en clase. No sé si son amigas o solo compañeras muy queridas, pero sean lo que sean son geniales. Llamadlo como queráis, pero es una sorpresa preciosa haber conocido a alguien más allá de la gente de cuarto.
Otra sorpresa es la que me he llevado al conocer una noticia. Una muy buena amiga mía, no es de la uni así que no creo que la haya mencionado antes, se ha echado novio. Y es genial porque ella se merece lo mejor del mundo y estaba teniendo una mala racha demasiado larga. Así que me llena de alegría saber que por fin le están yendo mejor las cosas.
¿Sabéis eso de que el pasado siempre vuelve? Pues es cierto y a veces cae sobre ti como un jarro de agua fría. No sé si os acordáis de menciones de mi vida fandom pasada y del grupo de amigas tan maravillosas que llegamos a formar y de las cuales o no he sabido nada en estos cuatro años o hemos intentado quedar mil veces sin éxito. Pues bien, una de las que no he sabido absolutamente nada en todos estos años estudia en mi facultad de la universidad, concretamente en mi carrera. Me saludó el otro día por los pasillos y flipé, hasta me costó reconocerla. Nos dimos el twitter y el móvil y ¿quién sabe si volveremos a intentar ser amigas? Lo del jarro de agua fría viene a que no hace mucho me puse melancólica y empecé a pensar justo en ella porque nos llevábamos realmente bien y ahora reaparece, así, como de la nada. Es raro encontrarla por los pasillos después de tanto tiempo y esto sí que ha sido una sorpresa y de las que no me habría esperado en la vida.
Y la última, y no por ello menos importante, es que un amigo de Philip que vive en Suecia o Noruega -en esa parte tengo algunas lagunas- nos ha invitado a pasar unos días en verano. Toca mirar vuelos y organizar el viaje de mi vida. ¿Me imagináis viviendo en una cabaña en mitad de un bosque? ¿No suena a una experiencia única y mágica? No voy a adelantar acontecimientos, pero queda claro que me muero por ir, ¿no? Y esta es una sorpresa doble porque ¿sabéis quién está viviendo por esos parajes? ¡Mi ídola! Ojalá pueda hacer esa escapada porque seguro que es algo de lo que no me voy a arrepentir y si, además, puedo visitar a alguien que conozco ¡la cosa mejora!
Gracias Enero, por darme tantos motivos de alegría. Has sido un mes intenso. Y a vosotros os recomiendo aprovechar todas las oportunidades que os brinde vuestra vida. Con todo mi cariño,
Aurora.