Queridos lectores, hoy quiero hablaros de la Tea Party del sábado ("fiesta del té" para aquellos que tengáis el inglés un poco oxidado). Estoy conociendo a una compañera de 4º con la que tengo mil cosas en común, empezando por una sana obsesión por el té recién hecho. Llevábamos muchas semanas diciendo de quedar fuera de los muros de la Facultad, pero, siendo realistas, con tantos exámenes no hemos tenido tiempo.
El sábado fue el día clave, todavía no estamos agobiadísimas por trabajos y los futuros exámenes se presentan muy lejanos en el tiempo, por lo que pudimos quedar. Me llevó a una tetería ideal del casco antiguo de mi ciudad, tipo Starbucks pero en vez de café tenían mil tipos distintos de té. Mi paraíso. ¿Os imagináis lo difícil que es elegir? ¿Os hacéis a la idea de lo mucho que que me costó decantarme por uno solo? Yo tengo que volver ahí.
La tetería es un lugar entrañable con música agradable, es idónea para tomarte un té calentito mientras disfrutas de una buena conversación. El fallo que le veo es que solo tiene té, no tiene ni refrescos ni nada parecido para poder ir con amigos poco aficionados a esta bebida. Este es el motivo de estar planeando una salida a una tetería árabe, para que podamos disfrutar del té y de los refrescos todos juntos, cada uno con lo que le guste.
Me ha costado encontrar personas tan afines a mí en la Universidad, pero no me preocupa. Nunca me ha costado esperar a que llegue la gente adecuada. Mi vida social siempre ha sido un vaivén constante de amigos que luego dejaban de serlo, pero en los últimos años se ha empezado a estabilizar considerablemente. ¡Y a mis compañeros de 4º les gusta el té!
Espero ansiosamente poder hablaros de la próxima Tea Party,
Aurora.