Queridos lectores, ni por un momento penséis que me olvido de vosotros, pero el Máster me tiene verdaderamente ocupada. Casi no tengo tiempo de salir de casa para ver a mis amigos o, incluso, a Philip.
Han sido unos meses muy duros, de mucho estudio y miles de trabajos para hacer de un día para otro. Es caótico y está muy desorganizado, pero me gusta tanto y me siento tan plena que todo el estrés por una mala gestión docente desaparece con prontitud.
En Navidad podría haber escrito algo, como de la desafortunada escapada al norte -sí, otra vez al norte, es una droga- en la que salimos tarifados con una amiga del dueño de la casa (qué tía más tonta, no merece una entrada para ella sola, pero queda por encima en el ranking de viles ignorantes), pero preferí desconectar. Lo necesitaba.
Ahora estoy de prácticas y pensaba de verdad que tendría más tiempo, que serían tan flojas como las del año pasado, ¡qué equivocada estaba! Trabajo muchísimo en algo que me gusta y me veo en esta profesión por el resto de mis días. Casi me da pena que se vaya a terminar el plazo tan pronto, no quiero volver a las clases y su desorganización.
Intentaré conectarme más a menudo para dejaros mis ideas, mis historias o un vago hilo de pensamiento.
Ánimo a todos,
Aurora.
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