Queridos lectores, ya sé que desde Mayo estáis ansiosos por saber de mí pero han sido un caos de meses. Como os conté, me he metido a opositar como quien se mete droga, es algo que me está empezando a anular como persona y las relaciones con mi entorno se están viendo afectadas, pero oye, que dicen por ahí que vale la pena y aquí sigo.
Junio. Creo que realmente fue el mes pistoletazo de salida. Tenía la motivación al 200%, fui a muchos cursos de organización, atención, memorización... Iba a todo gas, cuesta abajo y sin frenos y cuando vas como loco por la vida (los temas en mi caso), al final te la pegas. Empecé a hacer exámenes cada dos semanas y cada cual me salía peor que el anterior, pero ahí estaba yo, hincando codos, porque que los inicios son difíciles lo sabe hasta mi primo tonto del pueblo.
Julio. Y llegaron los calores y con ellos la modorra. Fui a menos clases, participé en menos eventos y seguí flaqueando en los temas. Un día mi preparadora me llamó a su despacho para decirme que los tenía todos mal, incompletos, inconexos y que los rehiciera. ¿Todos, todos? ¿Incluso los que empecé antes de meterme a estudiar idiomas y que dejé para antes de ayer? Sí, todos. Cada línea, cada párrafo, cada coma... a revisar cientos de páginas de la nada. Me río yo de las jarras de agua fría, fue la vida riéndose en mi cara mientras me daba el bofetón del mes. Y así empecé a revisar punto por punto cada minuto de los últimos meses perdido entre tantos datos cuando mis vecinos (todos, por supuesto) decidieron que había llegado el momento de la sinfonía obrera de taladros, picotazos, golpes y un sinfín de ruidos que no quise ni identificar. Me fui unos días al mar a desconectar (y digo mar porque decir playa es mentir, no salí del agua).
Agosto. Volver de vacaciones fue maravilloso, lo mejor que me podía pasar y es la ironía a máximo volumen. Los obreros no se ponían de acuerdo y había ruidos a todas horas, por todas partes: del piso de arriba, del de abajo, de cada pared de mi opozulo salían ruidos inimaginables de 6h a 20h. He probado a ir a bibliotecas, pero pasan dos cosas: 1) no sé estudiar sola fuera de casa y 2) cierran en Agosto, elegid el orden de importancia. Y por si la armada de taladros no fuera suficiente, mi ordenador murió. O entró en coma porque ahora mismo está perfectamente. El caso es que he tenido que sobrevivir 3 semanas sin acceso a mis archivos de la oposición, lo que significa parón casi total de mi progreso.
Resumen. Tenía que hacer entre 7 y 12 temas nuevos en los meses de Julio y Agosto porque en Junio parecía posible y no he hecho ni medio, literal. Así que ahora que me he estampado contra un bloque de hormigón llamado 'esto en una semana no lo arreglo', tengo que asumir el chapapote de la preparadora y lo peor es que, a su manera, tiene razón. Espero sobrevivir a esto.
¿Cómo os ha ido a vosotros?
Aurora
La foto la he sacado de aquí
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