sábado, 22 de octubre de 2011

Sin tiempo



Cada día el curso avanza más y más a un ritmo vertiginoso y llevarlo todo más o menos al día me cuesta un esfuerzo considerable que espero se vea recompensado. Hoy, sin ir más lejos, me he pasado toda la tarde pasando un trabajo del que apenas hemos recibido instrucción sobre cómo hacerlo.
Yo, tan fiel defensora de "los fines de semana están para descansar, no para estudiar", me veo obligada a tragarme mis propias palabras bajo la mirada inquisidora de la responsabilidad. De acuerdo que podría posponerlo para mañana o pasado, pero ¿de verdad voy a renunciar a salir todo un fin de semana pudiendo concentrarlo todo en la tarde del viernes?
Y aún así, mis amigos reclaman mi presencia la mayoría de las veces que salen, porque soy incapaz de sacar más tiempo para ellos. Me gustaría decirles que un fin de semana estaré a su entera disposición, pero ¿es ético no reservar ni un segundo a mi pareja si decido inventarme tener tiempo libre?
Lo más difícil que he hecho en mucho tiempo es compaginar los estudios, con amigos y con la pareja. Claro que, en casi todos estos años previos, al menos uno de esos factores solía fallar, de manera que era muchísimo más sencillo sacar tiempo para complacer a todos. Y me sienta peor que a nadie el salir a una de sus fiestas y tener que ser la primera en irme, cuando ni siquiera han llegado todos...
¡Qué lejos queda aquella época en la que cerraba las discotecas y eso que solo ha pasado un año!

Aurora.

viernes, 14 de octubre de 2011

Madurez



Ya estamos una vez más viviendo al filo de la realidad, sabiendo que lo que deseo es por lo que no debo luchar, a riesgo de perder absolutamente todo lo que me hace feliz y que tanto me ha costado conseguir. ¿De qué hablo ahora? Ni más ni menos que de la madurez, término que en días como hoy desearía pudrir en mi vida.
¿Por qué no ser una inconsciente? ¿Por qué debatirme entre salir a su encuentro o centrarme en forjar un buen futuro? ¿Por qué luchar contra este loco deseo de olvidarme de las responsabilidades y perder muchísimas valiosas horas de estudio?
Muso está aquí, cerca, casi puedo notar su presencia hipnotizando cada rincón móvil de mi ciudad, mientras que yo me condeno a permanecer clavada frente a los apuntes. La gente no comprende el dolor que me corroe las entrañas, ¿cómo van a entenderlo si jamás han vivido algo igual? Solo quien lo ha vivido es capaz de entenderlo.
Prometí buscarle cuando volviese a aparecer, prometí remover cielo y tierra por encontrarle la próxima vez... ¡prometí tantas cosas! No fue en vano, de verdad hubiese ido de no ser por un maldito examen que, una vez más, coarta mi libertad y mis ganas de recorrerme el país entero si hace falta con tal de encontrarle.
Pero, ¿es el destino el que me dice que es mejor que no nos veamos? También he barajado esa opción, y me explico: Philip y yo seguimos juntos, contra todo pronóstico, por lo que ¿qué supondría ver una vez más a Muso? Solo se me ocurren dos opciones tangibles.
   1) Que al verle me dé cuenta que le sigo teniendo mucho cariño, pero que ya no me recorre esa sensación de ser ÉL quien siempre había buscado.
   2) Darme cuenta que tengo el corazón dividido y que no sé hacia quién se inclinará la balanza.
Hoy me recorren la espina dorsal dudas así, totalmente irracionales y sin afán de herir a nadie. Por eso mismo, como ahora me siento bien al lado de Philip y soy más feliz de lo que jamás habría llegado a soñar, voy a centrarme en lo que siento por él, tan real, e intentar olvidar todo lo que supone Muso en mi vida, tan lejos de poder hacerme sentir como lo hace Philip.
¿Qué pasará la próxima vez que Muso venga de visita? No lo sé, pero tengo claro que la balanza se aleja cada vez más de él, por lo que el señor Destino quizá se digne a dejarme ir a su encuentro, sin dudas y sin miedos porque habrá pasado suficiente tiempo para que cada cosa quede fija en su lugar.
Muso vs. Philip. Ganando el segundo.

Aurora.

domingo, 9 de octubre de 2011

Sin explicación posible



Día increíble, de esos que podrían pasar a la historia, pero una lástima que todo se estropeara en grado máximo al caer la noche. Típico día que no sales de la cama, no por vaguear, sino por estudios. Me toca leer un libro en castellano antiguo, así que ese ha sido mi estudio de hoy.
Por la tarde me ha llamado Philip para decirme que en Terracita's se hacía una barbacoa. Asaltan mi mente los recuerdos de esos mágicos días en una playa levantina, ese miércoles haciendo una barbacoa a orillas del mar... Quería ir, pero esa sensación de "quiero y no puedo" es desgarradora.
A solo 30 páginas de terminar el libro lo he dejado aparte, arreglarse y toda la historia tampoco me ha llevado mucho tiempo pero sentía en mi fuero interno que me estaba equivocando, no era mi día para salir a la calle y yo empezaba a saberlo aunque decidí ignorar lo que las corazonadas me advertían.
Terracita's ha sido un suplicio, no por mis amigos que son geniales, sino porque no tenía ni fuerzas, ni ganas, ni motivación para estar de fiesta. Mi sitio estaba en la cama, calentita bajo las sábanas y libro en mano. ¿Por qué no haré caso a lo que me dicta el corazón? Además que terminé mal con Philip porque llevaba un cabreo considerable, fruto de ignorarme a mi misma, la falta de ganas de estar allí, y el frío que tenía.
Y cuando ya no podía más y cansada de retener unas lágrimas irracionales que no podía mostrar por no poderlas explicar, cogí la puerta y me fui. Pillé el último autobús y me vine al barrio. Bajaba rápido una cuesta porque no quería retrasar más mi llegada a casa, lo único que quería hacer era meterme en la cama y leer hasta caer dormida. Y entonces apareció como una exhalación.
Se cruzó en mi camino con una sonrisa pintada en el rostro y me saludó, con intención de darme dos besos. Se los dí, puñetera educación, ya podrías abandonarme en momentos así. Tenía intención de retenerme para preguntarme "qué tal" pero no la di opción, dije que tenía prisa -que era cierto, prisa por meterme en la cama- y que ya hablaríamos. JÁ, no tengo nada que hablar con ella.
No sé quién se cree que es para decirme que me tiene un asco que se muere y cosas de ese estilo, pegarnos hasta que una multitud nos separó y ahora, año y medio después saludarme como si nada... no, hija, no, en mi vida las cosas no funcionan así.
Ni olvido, ni perdono, esa es mi ley.

Aurora.

viernes, 7 de octubre de 2011

Más que idolatría



Cansada de escribir siempre sobre lo dura que llega a ser la vida me dispongo a contaros ahora lo que pasó hace 3 años en una concurrida plaza de una gran ciudad.
Lunes era. No vivía con mis padres en esa época, lo hacía con mis abuelos maternos -de los que nunca he hablado en el blog- por razones que no vienen al caso. Llegué a casa después de un duro día en el instituto, lo recuerdo bien. Mi tía vino muy alegre y me dijo: "Los chicos de la tele están aquí, firman discos en la plaza". Escueto mensaje pero la entendí a la perfección.
Hablaba de ELLOS, esos chicos que podían hipnotizarme durante horas frente al televisor, esos cuyas canciones empezaban a grabarse muy dentro de mi ser. Tardé apenas unos minutos en comer, cambiarme de ropa y salir escopetada a aquella plaza. Fui sola, pero no me importó, os habréis dado cuenta que estoy acostumbradísima a lidiar con todo sin ayuda, ya sea positivo o negativo.
En la cola conocí a una chica muy simpática y en seguida empezamos a hablar -aún hoy mantenemos el contacto a pesar de que no es de mi ciudad-, pasamos unas tres o cuatro horas en las que conocimos a muchísima más gente. Me sentía en mi sitio, rodeada de unas 5000 personas que sentían lo mismo que yo. Ese día fue el comienzo de un voraz fanatismo que sigo sintiendo a día de hoy.
Y llegó el momento en el que ELLOS hicieron su triunfal aparición, y la ciudad entera temblaba bajo el griterío que allí se concentró. Si cierro los ojos puedo volver a sentirlo, a oírlo, a vivirlo... Esa fue la primera vez que vi a Muso, y a partir de ahí ya nada volvió a ser lo mismo para mi.
Han pasado 3 largos años, nadie lo duda, 3 años desde que me quedé a escasos metros de poder abrazarles, de tenerles tan cerca que fuesen capaces de oír los latidos de mi desbocado corazón. Desde ese día no he vuelto a tener oportunidad igual, salvo aquella vez (11-noviembre-2009) que Muso me cogió la mano y me sonrió y cuando al día siguiente me reconoció en un plató de televisión. Imposible olvidar esos instantes que me colmaron de felicidad.
Sé que Muso vuelve pronto a mi ciudad y una vez más no podré ir a su encuentro, la desazón que siento nadie es capaz de imaginarla.

Aurora.

sábado, 1 de octubre de 2011

Abuelo



Siento esta desaparición, pero me obligo a mi misma a volver a escribir sobre el dolor y esta carga que tanto me pesa en el alma. He tenido un día de perros, fingir que todo estaba bien en mi vida ha sido totalmente imposible. Compañeros y amigos veían que algo fallaba pero no lograban deducir el qué.
Hoy se cumple el sexto aniversario del fallecimiento de mi abuelo, mi padrino, un gran pilar en mi vida. Cada año intento ocultar el dolor que me agarrota el corazón y evitar transformar mis ojos en caudalosos manantiales, pero ninguno lo consigo. Él fue tan importante en mi vida que su pérdida sigue doliendo como si no hubiese pasado el tiempo, si no lo pienso no duele, pero hay fechas en las que me es imposible huir de mis propios sentimientos.
Hay gente que no se cree que derrame mis lágrimas, aún hoy, por hechos como este. La gente me tiene como la insensible de turno, un ser despiadado, vil y sin corazón, creo yo, porque si no es así, no me explico la razón de su incredulidad. Bien, señores, no me conocéis, creéis conocerme pero solo veis un espejismo de mi misma y hasta que no decidáis ver qué hay más allá no podréis opinar sobre lo que se cuece en mi interior.
Pero esta entrada va por ti, abuelo, porque jamás olvidaré las noches en el jardín mirando la luna y las estrellas, los tiempos de vendimia, los inviernos en los que me dormía mirando el fuego en la chimenea... ¿Qué habría sido de mi si no te hubiese conocido? Los retazos que acuden a mi mente al pensar en mi infancia son estos, a tu lado, también con la abuela.
¿Qué hay de malo en haberse criado con sus abuelos? Vuestra falta me dolerá por siempre.

Aurora.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Acceso no denegado



¿Hay plan mejor para un viernes por la noche que colarse en el cumpleaños de una conocida de tus amigos? Creo que no. La historia de cómo accedí a ir allí sin saber nada de la cumpleañera tiene su origen en mi propia vida, en mi propia historia y en mis propios cumpleaños.
Cumplía 18 años y no hubo mejor decisión por parte de mis familiares que hacerme una fiesta sorpresa. Lo único -y lo más básico, por otra parte- que falló fue la asistencia de mis entonces "amigos". Asistieron dos amigas y porque eran el gancho que me llevaba hasta el lugar de la fiesta, de no haber sido así supongo que tampoco se habrían presentado.
Y allí estaba yo, celebrando mi mayoría de edad rodeada de las amigas de mi madre y sus hijas, a las que sacaba, al menos, 10 años. Dos amigas, un primo, el mejor amigo de mi primo y mi hermana... ese era el panorama más cercano a mi edad. El resto, unas veinte personas, o no llegaban a los 9 años o superaban los 30.
Deprimente... pero no culpo a mis familiares, que al menos lo intentaron y cuya intención fue buena, culpo a aquella gente con la que me juntaba por aquel entonces, lejos ya de mi marco social y enterrada en el reloj del pasado.
Espero que comprendáis que habiendo vivido semejante cumpleaños sorpresa quisiera hacer bulto, como poco, en la fiesta de esta chica. Resultó que todo salió bien, y solo de Terracita's nos juntamos la mayoría: la madre llamó a P y M, P dijo que no iba sin M, M llevó a su pareja, de rebote engancharon a C y G, y viendo el panorama nos apuntamos también Philip y yo. Nosotros siete, más cuatro amigas cercanas de la cumpleañera, ahí estaba la verdadera fiesta, en la mezcla de amigos, conocidos y desconocidos.
Creo que todo salió a pedir de boca, cenamos pizza, sandwiches y mediasnoches y había alcohol suficiente para todos, ¿qué más pedir? A, pareja de M, llevó su ordenador y nos hizo de DJ. C nos brindó la posibilidad de jugar a "Verdad o reto" ya que lo tenía descargado en el móvil y cuando la batería decidió morir hizo su triunfal aparición el mítico "Yo nunca".
Todo Terracita's íbamos con intención de pasar una hora, por cortesía, y volver, pero nos lo pasamos tan bien -o esa es mi impresión- que nos quedamos hasta pasadas las 00:30h. Hora en la que vimos que la fiesta empezaba a decaer y decidimos no alargarlo más.
Un viernes extraño pero divertido, en el que he cumplido un sueño más: colarme en un cumpleaños. Da igual que todo haya sido "legal", seguiré considerando que es un sueño a tachar en la lista de tareas pendientes de la vida.

Aurora

lunes, 5 de septiembre de 2011

Y de repente, un 'nosotros'...



Cómo explicar que lleve dos meses sin colgar nada sin remitirme a mi verano más alucinante, al verano que cambió mi vida. Debo decir, ante todo, que estos mágicos meses se los debo a Chófer por haberlos compartido conmigo de principio a fin.
Volví, como cada año, a esa playa levantina que constituye mi infierno personal para encontrarme una fiesta continua que me ha hecho, incluso, apreciar ese recóndito lugar. Relataré las cuatro semanas que pasé allí para haceros partícipes del increíble cambio que ha generado en mi día a día.
Semana primera. Llegar a la playa, deshacer la maleta... cosas comunes que se hacen al llegar a tu lugar de vacaciones. La novedad comienza cuando llamo a MIS amigos de MI ciudad para saber dónde están, porque da la casualidad de que coincidimos en el mismo lugar del mundo con las mismas ganas de salir a pasarlo en grande. Semana increíble de fiestas, confesiones, barbacoas en la playa durante la madrugada y paseos por la playa al amanecer. Fue en esta semana cuando algo cambió realmente, mi gran amigo Chófer y yo tuvimos un serio tonteo en el que nos hacíamos de rabiar solo por tener más cosas de las que hablar. El motor que movía nuestra amistad cambiaba radicalmente, más aún tras su última noche en la que faltó poco para que nuestros labios se rozaran, pero no quiso el destino juntarnos esa noche.
Semana segunda. Casualidades de la vida, tenía que hacer un viaje de 48 horas a mi ciudad por motivos académicos. Fueron dos días preciosos con Chófer en los que cada vez se me hacía más difícil jurarle que éramos solo buenos amigos. Dos días en los que los abrazos y las caricias dejaban al descubierto que entre nosotros había un cariño "demasiado" especial. Tuve que volver a mi pequeño infierno para darme cuenta que, a pesar de la distancia, Chófer seguía estando ahí, dándome todo su apoyo y dándome fuerzas para soportar las inclemencias del tiempo. Una sorpresa me aguardaba pocos días después de mi regreso a la playa, mi gran amigo bajaba a un pueblo vecino con la intención de venir a verme tantas veces como le fuera posible. La primera vez que bajó, ninguno de los dos pudo seguir negando que los dos queríamos algo, pero nos daba terror que pudiese cambiar la buena relación que teníamos. No pasó nada.
Semana tercera. Al siguiente día que bajó, hablamos largo y tendido de lo que sentíamos, de nuestras ideas y nuestros miedos. Ya era innegable que había algo más entre los dos, ¿qué había de malo en darse un beso y probar? Fue una intensa noche en que recé por no perder a un gran amigo por un sentimiento que concebía estúpido. No solo no perdimos la amistad, sino que la afianzamos. Los siguientes días que vino a verme no pasó nada entre nosotros pero ambos podíamos percibir una tensión latente.
Semana cuarta. Apenas hablamos ya que él estaba en un viaje y casi no tenía cobertura. Me di cuenta de lo importante que era para mi, también como algo más que un buen amigo, y que no podía dejar de echarle de menos. Jamás pensé que un poco de distancia podría llegar a unirme tanto a alguien. El fin de semana -eran las fiestas de donde yo estaba- cumplió su promesa de venir a verme. Los dos ansíabamos quedarnos a solas, pero eso no pudo ser hasta bien entrada la noche, cuando el alcohol escaseaba y la música desmotivaba. Decidimos pasear por la playa y nada más torcer la esquina de mi calle, cuando ya mis vecinos no podrían observarnos, no pude más y le besé con toda la intensidad que me pedía el cuerpo, la acumulada en todos esos días y esas noches en los que estábamos lejos. Al día siguiente regresamos juntos a nuestra ciudad.
Y esta es la maravillosa historia de cómo mi Chófer se convirtió en Philip. De los comienzos en secreto de una historia que todo el mundo deseaba y veía venir, un amor de verano que nació tan fuerte que romperá las barreras del tiempo siempre que sea posible.
Si os preguntáis por qué le llamo ahora Philip en el blog es porque él me llama Aurora -como la Bella Durmiente- y el príncipe de ese cuento así se llama. Seguiré escribiendo sobre esta historia y muchas otras más.

Aurora.

miércoles, 6 de julio de 2011

Pongo



(La foto es real)
Pongo, mi molly dálmata, esta entrada va por ti, en tu honor, como en su día hice con Moon y con Trueno. No es más que una forma de despedirme de ti y de hacerte saber que también has sido importante en mi vida.
Me admiraba tu imponente aleta, que a menudo desplegabas para cortejar a Perdi o para encararte a White. Una belleza exuberante se adueñaba de ti, no podía dejar de mirarte. Es una pena que no pudiese captar esos momentos con una cámara para alardear de ti en tus mejores momentos.
Nadie sabe lo que te pasó, estabas perfectamente hasta que hoy nos despertamos para verte flotar, ya sin vida. No me lo explico, estabas tan radiante la noche antes... Activo y vivaz, protegiendo a tu hembra de otros que querían cortejarla. No sabemos si fue la temperatura o tu, creemos, avanzada edad lo que te alejó de nosotros.
Quiero que sepas y que siempre tengas presente que eres uno de los peces más mágicos que he tenido. Puede que nos costara aceptarte al principio, por tu considerable tamaño, pero llegaste a forjarte un hueco en los corazones de quienes nos preocupábamos por ti.
Te quiero pequeño.
Pongo. 29-Abril-2011/5-Julio-2011

Aurora.

Mi hermana también ha querido despedirse de ti y ha contribuido escribiendo estas palabras que me remito a transcribir:
Pongo, mi dálmata más grande, mi pececito. Hoy has amanecido al lado del filtro, flotando quieto. Te hemos sacado y te hemos hecho lo mismo que a Moon, te hemos tirado por el váter.
Pero tú siempre estarás en nuestro corazón y siempre te recordaremos. Tu recuerdo nunca se irá por el desagüe. Te quiero.
Pongo. 29-Abril-2011/5-Julio-2011

M.

Las fechas corresponden al tiempo que vivió con nosotros, en realidad calculamos que tendría unos 3 ó 4 años, edad muy avanzada para un pez de su especie.

miércoles, 29 de junio de 2011

Libre



Vamos a hacer las cosas bien, por una vez en la vida. Voy a relataros el por qué del título cronológicamente. Ayer por la noche, sin nada que hacer, estaba metida al Tuenti haciendo un poco el moñas. Pasaban las 21h. cuando sonaba mi móvil. Raro, raro. Era un amigo, llamémosle Chófer (coña que tengo con él), preguntando sobre la fiesta sorpresa que estoy organizando. No tenía ni idea de lo que me hablaba así que me conecto a la cuenta en la que le tengo agregado. Empieza a contarme sus dudas así que termino llamando al gancho de la fiesta para ver qué problema hay. Se soluciona.
Y ya que estaba hablando con él le dejo caer si le molaría madrugar hoy para acompañarme a la facultad a ver notas. No sé cómo me lo monté ¡¡¡pero le convencí!!! Le dije de quedar a una hora razonable en la estación, pero me propuso ir en "business", vamos, que me llevaba en coche. ¡¡¡De lujo!!! ¿Veis por qué es mi Chófer? Además que, como siempre le digo, es mi amuleto de la suerte.
Hoy por la mañana ha venido a casa a recogerme y nos hemos ido a la facultad. ¡¡¡Bingo!!! Todo, todito aprobado. ¡¡¡Eso significa que paso limpia y que puedo solicitar el Erasmus!!! Un pasito más cerca de cumplir mis sueños. Me he quedado hablando unos minutillos con unos compañeros y a casa en "business".
Libre, libre, que soy libre. No me lo puedo creer, ¿sabéis cuántos años llevo sin pasar limpia al curso siguiente? La cifra exacta es irrelevante al caso, pero ¡¡¡unos cuantos!!! Gracias por venir conmigo, creo que no hubiese sido así de no tenerte a mi lado.
Llegaba la hora de decidir cómo plantearme la tarde, por nada del mundo quería quedarme en casa. Unas llamaditas y listo. Me invitaban a una piscina. Me he plantado allí con mi mejor sonrisa, tarde de risas, besos y abrazos, acompañado de algún chapuzón en la piscina -breve debido a mi hidrofobia-.
 Notaba que empezaban a cansarse de estar allí y les he dicho que no me importaba quedarme un rato más, aunque fuera sola. He aprovechado para leer "Kafka en la orilla" y dormir un poco, no pretendía dormirme pero el insomnio nocturno me pasa factura durante las horas de sol. Al despertar he ido a su encuentro.
Más felicitaciones, besos, abrazos y llamadas telefónicas de los que están lejos. ¿Tanto te quiere la gente cuando las cosas salen bien? Es increíble, con las malas notas todo son malas caras, pero con las buenas la gente se vuelca en ti como si te hubiesen concedido un premio Nobel. ¿No son conscientes que una notificación no es una representación real de los conocimientos adquiridos?
Bueno, bloggers, que soy libre. Libre de disfrutar sin miedo ya que a la vuelta no puede esperarme bronca alguna. Libre de quedar sin esperar reproches a mi regreso. Libre de ser yo misma: alocada y fiestera.

Aurora.

lunes, 27 de junio de 2011

Moon&Trueno

Llega el calor abrasador que tanto amo y por el que tanto suspiro las noches del crudo invierno. Cada año la misma historia... solo que este año las altas temperaturas se llevan seres que adoro y a los que, inevitablemente, he cogido un cariño arrollador. Se trata de mis mascotas, que enferman sin que podamos evitar su angustia... y, con toda la pena de mi corazón, sufren hasta que la muerte se los lleva a un lugar en el que no hay dolor.
Parezco fría al decirlo así, pero quienes me conocen deben saber que me está costando la vida reprimir mis lágrimas porque ayer Moon nos dejó, seguido esta mañana por Trueno, uno de mis favoritos. Voy a dedicarles un pequeño pero merecido homenaje a estos dos alegres peces que tanto quiero. (Las fotos son reales)


Moon, mi gupy. Mi pez choni, como solía decir en broma debido a su vistosa cola que asemeja el estampado de leopardo. Al principio del todo, cuando llegaste a nuestra casa junto con Blue porque nadie os quería, me pareciste gracioso. Subías y bajabas por el filtro, jugando a algo que bautizamos como "El ascensor", todo el rato. Llenabas de color el acuario cuando perseguías a los otros peces, tus compañeros de juegos, tu nueva familia.
Luego llegaron los platy, y los problemas se desataron. Acosábais a Minnie, los gupys perversos que nadie quería mostraban su peor jugada. Os castigamos, os metimos a Blue y a ti en la tortuosa pecera de bola durante semanas. Llegó un momento en el que os dimos otra oportunidad que echasteis a perder, y os castigamos de nuevo pero de forma menos severa. Os metimos en una paridera dentro del acuario, era como una jaula pero así no molestábais a los demás peces.
Finalmente, os sacamos de ahí y comprendisteis que era mejor vivir en paz. Recuperé en ti el cariño y el afecto que habías ido destruyendo semana tras semana. Y ahora que volvías a ser mi pez choni, del que tanto me he enorgullecido, enfermas debido a las altas temperaturas y falleces. Te echaré de menos gupy lindo, te hiciste notar así que vas a ser difícil de olvidar.
Moon. 26-Marzo-2011/25-Junio-2011


Trueno, mi goldfish. Te pongo en segundo lugar en esta entrada pero sabes que en mi corazón siempre estuviste primero, Nemo y tú encabezáis la lista de favoritos desde el principio. Mi Truenito del alma, que llegaste a nuestras inexpertas manos siendo chiquitín y en solo unos meses te pusiste grande y hermosote. Llenabas el acuario, y todos reíamos con tus piruetas y tus juegos.
Pero no llevaste bien el traspaso de la pecera -en la que tampoco estabas bien- al acuario, empezaste a decaer y tus defensas se debilitaron. No nos rendimos, hicimos todo lo posible por darte una vida mejor, por curarte de tus males. Te mimamos y cuidamos con todo el amor que podíamos darte.
 Cuando enfermaste de "punto blanco" me llevé un susto mortal, no podía ni imaginar que a pesar de tu debilidad saldrías adelante. Esa enfermedad te debilitó más que al resto, sabíamos que seguías enfermo de algo que no tenía cura, la convalecencia crónica. Cogiste "hidropepsia" y volvimos a luchar por salvarte, parecía que mejorabas pero pillaste hongos por tu falta de fuerzas y, nuevamente, empeoraste.
¿Por qué alargar tu dolor? Te quedaban horas de vida sin medicación, ¿compensaba alargar tu sufrimiento y ver tu decadencia progresiva? Espero que comprendas la difícil decisión que tuvimos que tomar. Lloro solo de pensar en las largas horas de angustia decidiendo qué hacer, especulando sobre lo que sería mejor para ti. Decidimos que lo mejor era que descansaras en paz. Amaneciste esta mañana con "hidropepsia" y "vejiga natatoria" dando tus, literalmente, últimos coletazos de vida.
Descansa en paz mi pequeño goldfish, te quiero. Y solo por ser de los más queridos -privilegio que también ostenta Nemo- no te irás por el váter sino que vas a ser enterrado en una cajita a la sombra de un olivo en nuestro jardincito del pueblo. TE QUIERO.
Trueno. 11-Marzo-2011/26-Junio-2011

Las fechas hacen referencia al tiempo que vivieron en casa. Moon venía de otro hogar en el que estuvo un mes, más el tiempo que llevara en la tienda. Trueno llevaba mucho tiempo en la tienda antes de que lo adquiriéramos.

Aurora.

sábado, 25 de junio de 2011

Oxford



Pasa el tiempo, inevitablemente... y cada segundo que corre en el reloj de la vida me alejo más de Oxford, de sus calles, de su gente, de su bullicio matinal y de todo lo que allí viví. Solo fueron unas semanas, un mágico mes, en el que residí allí. No me hace falta más, estoy enamorada de esa ciudad por todo lo que esconde.
Amaba esos ratos escasos de tiempo libre en los que me iba a descubrir recónditos lugares en City Center. Sola o en compañía, no importaba, lo que primaba era perderse en sus calles, descubrir el mercado, callejones con tiendas de antigüedades, la biblioteca (a la que guardo especial afecto puesto que fue la primera que pisé en mi vida)... Sitios típicos que toda ciudad posee, pero a los que no se suele ir como turista.
Vivir allí me hizo abrir los ojos, plantearme mi vida. Cuatro semanas perdida en el corazón de Inglaterra me hicieron cambiar. No sería quien soy si no hubiese efectuado ese viaje que me llenó de luz. Reflexioné sobre lo que tenía en España que no me gustaba, prácticamente era todo lo que entonces tenía. Volví a mi ciudad como si fuese nueva. No quise saber de la gente del ayer, era mi presente y debía mirar por mi futuro. ¿Por qué mirar atrás si no me gustaba lo que veía?
Tres años hace hoy de este viaje. Un 24 de junio del 2008 me subía a un avión que, irremediablemente, cambiaría mi vida. Transcurrieron cuatro breves semanas y un 21 de julio de ese mismo año emprendía la vuelta a casa. Jamás olvidaré esas 2 horas de vuelo tan amargas, intentando reprimir mis lágrimas en vano, sabiendo que tardaría en hacer otro viaje tan significativo en mi vida y odiando tener que abandonar aquel.
Obviamente, no todo fue bonito y mágico en Oxford. Tuve mis disputas y mis problemas, acentuados por no conocer el idioma y no saber defenderme en un lugar tan dispar a todo lo que conocía. Pero solucioné todo lo mejor que supe, como solo yo podía hacerlo. Y al final, cuando regresé a mi ciudad, tenía una extraña sensación de paz.
Os invito a hacer viajes que os marquen, como este me marcó a mi. Solos o en compañía, eso no importa, pero es una sensación que toda persona debería experimentar alguna vez.

Aurora.

martes, 21 de junio de 2011

Nostalgia



Nostalgia de un amor que no pasó, que nunca fue, que no es y que, por desgracia, no será. Un vano sueño adolescente en una persona casi adulta que se resiste a aceptar su derrota. Una vaga esperanza de que todo salga como en el cuento de hadas que jamás existió, solo en mi cabeza y en mi corazón, donde las imágenes reales se entremezclan con las soñadas. Todo nítidos recuerdos de los breves momentos que pasé a su lado, siendo invisible para él pero significando el mundo entero para mi. Todo simples retazos de sueños imposibles.
Y hoy, tanto tiempo después de la última vez que le vi (ha pasado más de año y medio), nuestros caminos han estado a punto de volver a cruzarse. No ha pasado. Pero solo la mera posibilidad de que hubiese podido suceder me ha hecho volver a soñar con el ayer, con todo lo que quise vivir a su lado y no pude. Inevitablemente, con mis recuerdos más alegres de una vida ya pasada llega también el dolor que acompaña a los sueños marchitos.
Quisiera volver a tener esos tiernos 18 años en los que todo me daba igual, en los que sacarme un curso adelante era el menor de mis problemas, si tuviera 18 años y todas mis experiencias de aquella época sé que me habría fugado a donde fuese con tal de verle tan solo un par de segundos. Pero esos años ya pasaron, mi carrera ocupa mi más alta prioridad y aprobar los finales es mi mayor responsabilidad, lo que a la larga deberá reportarme la más plena felicidad.
Pero ahora considero la madurez de estas ideas el peor de los fracasos como persona, y no dudo que esto sea una hipérbole en su máxima expresión, pero así lo siento. Porque le quiero, con todo lo que conlleva, le sigo queriendo, como el primer día... ¿qué digo? ¡¡Mucho más que el primer día!! Cada día un poquito más, y así, lentamente, se va llevando lo que queda de mi.
Él, el único capaz de quebrarme en mil pedazos con un gesto y de recomponerme segundos después con el poder de su hipnotizante mirada. Él, quien marca el ritmo de mis latidos con la fuerza de su mágica sonrisa. Él, siempre él, un anclaje seguro, una apuesta por una frágil felicidad.
¿Y qué más da lo que me digan los demás? Le quiero, le amo, le apoyo, le deseo, le envidio, le odio, le necesito, le TODO. Le quiero por esos pequeños gestos que iluminan mi día a día. Le amo por todo lo que ha hecho por mi sin siquiera saberlo. Le apoyo porque no sabría ignorar su dolor. Le deseo por cómo es. Le envidio porque ha cumplido sus sueños y seguirá haciéndolo. Le odio porque me hace sentir frágil y vulnerable. Le necesito porque sin él mi vida carece de sentido. Le TODO, en definitiva.
Y siento una profunda nostalgia de mi ya olvidada despreocupación por las responsabilidades que me atañen. De no ser por ellas, esta entrada sería mucho más alegre, denotaría mi más sincera felicidad por saber que he luchado hasta el final, sin miedo, y que seguiré haciéndolo, como él me enseñó. Le he fallado.
Ojalá nuestros caminos vuelvan a cruzarse pronto, y esa vez estaré ahí, buscándole, esperándole, amándole.

Aurora.

miércoles, 15 de junio de 2011

21's



Hala, ya tengo 21 años, así de un plumazo. El pasado sábado los cumplí y ese mismo día lo celebré. Tenía una extraña sensación en la boca del estómago, la intuición de que ocurriría algo malo. No es que sea la persona más optimista de la faz de la Tierra, pero es que durante años siempre he terminado fatal el día de mi cumpleaños, así que mis experiencias no ayudan mucho.
Como mandan estos tiempos, decidí mandar un evento privado por Tuenti y así me quitaba de ir mandando mensajes a cada uno. Invité a 35 personas a pasar el día conmigo para que solo unos 15 aparecieran... los de siempre, los incondicionales, los que siempre están ahí. Sé que hay gente que no fue porque estaba ocupada, con excusas válidas, pero de otra gente no me lo esperaba...
Nos reunimos para comer y fuimos a una bocatería. El show estaba servido desde el primer momento. Colaron hamburguesas y kebabs, así que solo unos pocos comíamos realmente lo que servían en el sitio. Además empezamos una guerra de comida donde llovían hielos y patatas fritas por doquier. Yo intentaba esquivar todo lo que me echaban encima pero me rodeaban por cada flanco así que me era prácticamente imposible.
Luego me despedí de mis amigos de la facultad, que tenían otros planes distintos, y yo seguí la marcha con los de Terracita´s. Fuimos a un gran parque donde se nos unieron algunos familiares míos. ¿El planazo? Alcohol y cachimba. En la sombrita de los árboles mientras las arañas y los bichos hacían su triunfal aparición poniéndome de los nervios. Risas, música, alcohol, ligues... un pedazo cumpleaños.
Era ya tarde cuando se conectaron los aspersores del parque y tuvimos que irnos (no recuerdo esta parte, me la contaron al día siguiente). Nos dividimos y yo fui a Terracita´s con algunos de los que aún no queríamos volver a casa. Más música y más cachimba, y más risas y planes para un futuro realmente próximo.
Creía que me desmoronaría ese día, que ocurriría algo que hiciera que odiara también mi 21's birthday pero, afortunadamente, esta vez me equivocaba. Suponía que no llegaría tarde a casa, quizá poco más de las 00:30h, también en eso fallé. Salimos a las mil de Terracita's y llegué a casa a las 4:30h gracias a que un buen amigo me acercó en coche.
Un cumpleaños perfecto, mágico, inolvidable. El mejor que he tenido en muchos años, así que ¿repetimos por los 22's?

Aurora.

jueves, 2 de junio de 2011

Rewind


Por primera vez voy a escribir una entrada que no sale de mi puño y letra. No es más que un microrrelato que me hizo mucha gracia y me gustaría compartir. No recuerdo su autor, pero no firmaré esta vez. No voy a autentificar una falsa autoría. Espero que os guste tanto como a mi.

Se besaron desnudos, tímidamente, contra el refrigerador. Él se lanzó a introducir, con torpeza, sus senos en el sujetador. Ella le respondió subiéndole los calcetines hasta la rodilla y abrochando el botón de sus pantalones con nerviosismo, mientras que ataba, uno por uno, todos los botones de su blusa. Después, de un tirón, subió la cremallera de su falda. Totalmente entregada al delirio, le incrustó, salvajemente, el jersey, el abrigo y una bufanda de cachemira. Él la asió por las nalgas y a mordiscos, le introdujo las botas. Al abrir el paraguas, ella alcanzó el éxtasis. Él se desplomó al meter, dedo a dedo, las manos en los guantes.

¿Qué os parece? Quiero opiniones sinceras.

lunes, 30 de mayo de 2011

Ídola



He dado un repaso a mis entradas y me doy cuenta que la mayoría reflejan mi dolor sobre algo. También hay momentos alegres que me llenan de ilusión y que iluminan mi rostro con el poder de una sonrisa, aunque no suelo hablar de ello. ¿Masoquismo? Qué va, es más facil relatar lo doloroso que lo alegre pero hoy trataré de contaros una historia bonita que espera su desenlace.
No sé desde cuándo me siento identificada con una chica que conocí a través de una red social. Me llegaban eventos de vídeos que colgaba en Youtube y títulos de novelas cortas que publicaba en la red. Creo que la naturalidad con que hacía todo fue lo que me motivó a agregarla, la envidiaba.
Me llegaban los eventos de primera mano y me echaba unas cuantas risas con sus locuras, pero no lo hacía sola, tenía a su hermana al lado. Loquísimas, pero terriblemente divertidas. Dejaba comentarios en los eventos para hacerla saber mis opiniones sobre lo que veía, y así mi nombre empezaría a sonarla.
Inevitablemente me puse a investigar sobre ella con medios extra-limitados. Solo podía obtener información de su perfil, a través de los comentarios que dejaba la gente y sobre lo que colgaba en twitter. Parezco un poco maníaca lo sé, pero desde el primer momento supe que podríamos llevarnos bien por tener varias cosas en común, ¿qué había de malo en intentarlo?
Ella iba colgando novelas y yo las iba leyendo, dejando un comentario al final de cada capítulo. Llegó un momento en el que me dijo que le gustaban mis comentarios y me alegré muchísimo. Coincidió que ella me empezó a seguir en twitter, no sé qué valor vería en mis tweets pero es un hecho que ella me sigue, así que yo feliz por dos motivos: 1) me sigue mi ídola y 2) me aseguro un seguidor más, que aunque no me importa cuántos me sigan siempre es agradable ver que a la gente que admiras le agrada lo que cuelgas.
Hace poco colgó que volvía a su ciudad después de un viaje de estudios. Somos de la misma ciudad así que imaginaos mis elucubraciones mentales, tenía que hacerla saber las ganas que tengo de conocerla. No quiero que piense que soy una loca obsesiva o cualquier tontería de esas que te venden para que no quedes con gente de Internet así que me decanté por un sencillo tweet que decía que me encantaría conocerla.
A ella no pareció disgustarle la idea, dijo que le encantaría conocer a una de sus lectoras. No puedo describiros la alegría que me llenó en ese instante, cómo corría por mis venas con una fuerza electrizante, increíble. No estoy acostumbrada a que la gente que admiro (ya sabéis que la considero mi ídola) sea tan cercana.
Voy a esperar que se instale en su casa y pase tiempo con familiares y amigos, que seguro hacía ya bastante tiempo que no les veía. No quiero parecer una obsesiva, no lo soy, aunque me embriaga la emoción de conocerla por fin. Ya le comenté que me dejara un privado cuando tuviese tiempo de quedar, espero que no se haya olvidado...
¿Saldrá esto como espero o será un fracaso? Tachán, tachán.

Aurora.

jueves, 26 de mayo de 2011

Abuela



Para qué seguir negando una evidencia que, a día de hoy, me entristece como si fuera reciente, como si todo hubiese pasado ayer. Un 26 de mayo de hace ya 5 años falleció mi abuela. A día de hoy sigo sufriendo y llorando por su pérdida, consumiéndome en un dolor que parece no tener fin.
Estos días he estado sensible, susceptible e irritable porque no estoy bien. Es en estos días cuando más noto su falta, cuando más me entristezco. No puedo olvidar cómo mi cuerpo supo que ella ya no estaba antes de que nadie me diera la noticia.
Era viernes. Soleado. Yo sabía que ella estaba enferma en el hospital, muy grave, pero tenía la esperanza de que se recuperara, que saliera adelante. No cabía en mi la idea de perderla también a ella, no tan pronto... tan solo 8 meses antes había fallecido mi abuelo. No estaba preparada para asumir su pérdida. En menos de un año perdía dos pilares básicos en mi vida. ¿Qué haría yo sin dos de las personas que más me habían ayudado desde el día en que nací? No quería ni pensarlo.
Me levanté mareada y confusa, pero me arreglé para asistir a clase. A eso de las 10 de la mañana estaba llamando a mi madre para que me recogiera porque estaba curvada del dolor de estómago. Me encontraba realmente mal. Fui a casa y me tumbé en el sofá suplicando que mi dolor acabara pronto. Llamaron al fijo y mi madre lo atendió, su serio semblante me alertó. Algo malo había ocurrido. Me miró con lágrimas en los ojos y enseguida supe por qué.
Fuimos a urgencias y me atendieron rápidamente debido a mis lágrimas, que caían furiosamente de mis ojos. No lloraba por el dolor, lloraba porque jamás volvería a ver a mi abuela, pero ni mi madre ni yo fuimos capaces de mencionárselo a los médicos. Dijeron que no tenía nada, que sería nervioso. ¿Nervioso? Premonitorio más bien, ya me pasó algo parecido al fallecer mi abuelo. No sé cómo, pero de alguna manera siento cuándo alguien muy cercano a mi está grave o ha fallecido.
Quise ir al tanatorio, darle mi último adiós, pero no me dejaron. Me quedé triste y frustrada en casa, llorando desconsoladamente y maldiciendo por todos los errores que cometí estando ella en vida. ¿Me habría perdonado? Seguro, era una mujer severa pero con el corazón más grande del mundo. Era la mejor. ES la mejor, lo será siempre.
No la he olvidado, ¿cómo hacerlo? Fuerte, luchadora y severa, capaz de imponerse ante todo y ante todos. Dura, pero tierna a la vez. Se desvivía por sus nietos, nos adoraba, siempre encantada de tenernos tan cerca de ella... prácticamente fue ella la que me crió junto con mis otros abuelos. Perder un abuelo nunca es fácil, menos aún si consideras el hecho de que siempre estuvo a mi lado y que estábamos muy unidas.
Espero que sigas estando tan orgullosa de mi como cuando aún vivías, te quiero abuela.

Aurora.

domingo, 22 de mayo de 2011

Fin de curso



Es lo que todo estudiante desea oír, prácticamente desde Septiembre, y ahora yo puedo gritarlo a pleno pulmón: ¡¡¡No más clases!!! ¡¡¡Vacaciones de verano!!! Tengo por delante cuatro pedazo de meses para no hacer nada o hacerlo todo, según decida al levantarme cada mañana.
 Aun así, no creáis que el vagueo constante será mi modo de vida, de eso nada. Tengo pensado entregarme al ejercicio físico para estar en buena forma cuando llegue la hora de irse a la playa y además podré empezar a leer libros a mansalva, que tengo una lista con más de 100 títulos pendientes que crece más y más cada día.
Podré dedicar tiempo a mis amigos, que los tengo muy abandonados desde hace meses, desde el momento justo en que me di cuenta de que mi carrera lo era todo para mi. Decidí aparcar el ocio en gran medida para centrarme en los estudios y ahora espero ver si mi sacrificio ha obtenido los resultados deseados.
Este curso ha sido extraño desde el principio, la novedad me desubicó los primeros meses y tardé demasiado en hacerme un hueco al que llamar amistad, pero estoy convencida de que la espera mereció la pena y me ayudó a valorar mejor a la gente. No digo que no tenga nociones equivocadas de las personas, solo que esperé a ir conociendo más a fondo a mis compañeros antes de lanzarme a la piscina.
La gente con la que me iba desconfiaba de mi y yo me empeñaba en estamparme contra el muro que creaban a mi alrededor. Agotaban mi energía. Hacían que me planteara si ese era realmente mi sueño. Por suerte, el destino cruzó en mi camino a otros compañeros más afines a mi forma de ser y poco a poco, tanteando cuidadosamente el terreno, fuimos forjando la amistad que ahora nos une.
Ha sido un año muy duro para mi, en el que me he tenido que enfrentar continuamente a los fantasmas de mi pasado y ha habido momentos en los sentía que no tenía en quien confiar. Me he sentido sola y desamparada, lo que llevó a plantearme dejar de estudiar lo único me llena plenamente. Al principio no podía contar mis problemas, no soy de las que se desahogan a la ligera, ya me cuesta abrirme a mis amigos pues ¡imaginaos a unos absolutos desconocidos!
¿Cómo contar que había perdido a casi todos mis amigos por la distancia? ¿Cómo hacer ver que la Universidad era lo único que tenía? ¿Cómo no venirme abajo cuando un familiar cercano fallecía? ¿Cómo superar los cambios sin el apoyo de mi mejor amigo, fallecido hace 3 años?
Han sido tantas cosas en tan poco tiempo... Pero no me arrepiento de las decisiones tomadas. Perdí a mis amigos, ¿y qué? Hice nuevos, mucho mejores que los anteriores, tanto dentro como fuera de las aulas. Ahora cuento con gente con la que compartir mi dolor cuando me asaltan los recuerdos de los que nos dejaron para siempre.
He conocido a tanta gente que no ceso de asombrarme cuando miro atrás y veo todo lo que ha cambiado mi vida en tan solo unos meses. Me vine abajo, luché con fiereza contra mi misma y, cuando me estabilicé internamente, pude abrir los ojos para ver más allá de la gente con la que me iba, gracias a eso abrí las puertas a más gente. Esa es la clave, no cerrarse a nadie. Decisión acertada.

Aurora.

jueves, 12 de mayo de 2011

Final alternativo de "Caperucita Roja"



La increíble historia de Caperucita Roja

Érase una vez, una niña que vivía en un pequeño pueblo rodeado por un denso bosque. Todo el mundo la conocía como Caperucita Roja porque siempre vestía con una caperuza de dicho color. Un buen día, su madre le pidió que fuera a visitar a su abuelita que vivía sola en mitad del  bosque. La niña, encantada con el encargo, empezó a preparar una cesta con miel, magdalenas, leche y algunas frutas. Su madre le dio varios consejos para que no se perdiera y le pidió que no abandonara el sendero.
La niña se adentró en el bosque y a cada paso se maravillaba más con la belleza de las flores y las mariposas de colores que las rondaban. Iba distraída, alejándose del camino marcado por su madre. El lobo feroz acechaba tras unos matorrales a que ella se acercara.
Cuando Caperucita se agachó a oler unas flores, el lobo le salió al paso. Se levantó sobresaltada, pero cuando vio que se trataba de un "lindo perrito" se tranquilizó. El lobo se interesó por todo lo que le contaba la niña y así fue como se enteró de a dónde se dirigía. El lobo propuso que tomara otro camino, al parecer más bonito. Caperucita, entusiasmada con la idea, le hizo caso y se dirigió a donde él indicaba.
El lobo aprovechó que la niña iba a dar un gran rodeo para correr a casa de su abuelita. La anciana mujer, muy sabia por la edad, le oyó llegar y decidió esconderse en el armario para salvar su vida. El lobo la buscó pero no la encontró, aun así se disfrazó de ella y se metió en su cama. La abuelita de Caperucita lo observaba todo por las rendijas del armario.
Al poco rato, llegó la alegre niña con su cestita en una mano y un ramo de flores en la otra. Se entretuvo poniendo las flores en agua y dejando la cesta en la cocina. Fue a ver a su abuelita a la habitación cuando terminó. Abrió la puerta despacito, temiendo despertarla si dormía. Una figura la sonreía. Ella sabía que no era su abuelita, pero decidió disimular.
-¡Oh! Abuelita, qué orejas más grandes tienes.
-Son para escucharte mejor.
-¡Oh! Abuelita, qué ojos más grandes tienes.
-Son para verte mejor.
-¡Oh! Abuelita, qué nariz más grande tienes.
-Es para olerte mejor.
-¡Oh! Abuelita, qué boca más grande tienes.
-¡¡¡Es para comerte mejor!!!-el lobo se levantó de la cama y se precipitó contra la niña.
Caperucita, precavida, le cerró la puerta y el lobo se estampó contra ella. La niña corrió a esconderse a la cocina aprovechando el aturdimiento del animal. Pero el lobo se despejó y fue a por ella a la cocina. Estaba preparada. Había echado aceite al suelo, así que el lobo resbalaba y no podía acercarse. Además, la niña le arrojaba frutas y magdalenas, por lo que se caía constantemente tratando de esquivarlas.
Caperucita salió al bosque. Vio cómo su abuelita salía de la casa por una ventana y juntas corrieron a buscar ayuda. El lobo salió, finalmente, de la casa y fue a cazarlas. La abuelita conocía a un leñador que decidió ayudarlas. Cuando los tres vieron que el lobo venía enfurecido, tensaron una cuerda que habían colocado entre dos árboles, haciéndole tropezar.
El leñador le amenazó con un hacha mientras Caperucita y su abuela le ataban las patas. A pesar de estar atado, el lobo seguía retorciéndose tratando de soltarse. Por seguridad, la niña decidió dispararle para herirle, pero el tiro fue tan certero que mató al animal. Optaron por tirar el cuerpo al río y olvidar el trágico suceso.

Aurora.


miércoles, 11 de mayo de 2011

Metro



Esa red de transporte público que tanto nos venden por todos lados. Y no es tan maravillosa como nos quieren hacer creer, siempre tan petada de gente sudorosa que te planta su sobaco olor a "llevo una vida sin tocar el jabón" desde primera hora de la mañana, para empezar. Siempre con cuidado de no dar un giro brusco para no pegar un bolsazo a los que te rodean para que llegue la vieja borde que se pone a dar bandazos por doquier y tienes que ser un hábil experto en el noble arte de "esquivar a la vieja".
Y qué decir de esos preciosos avisos de "No pierda de vista sus pertenencias. Carteristas profesionales". Y ahí vas tú, agarrando tu bolso como si llevases diamantes dentro, esquivando a la vieja, vigilando a ver si ves un tipo raro con pinta de carterista (¿¿¿por qué siempre pensamos en los pintas???) y lo mejor de todo, tratando de no caerte con cada frenazo. Vamos, ir en metro es estresante, toda una aventura.
Pero lo mejor de todo son los zombies del andén. Cuando vas en el vagón a punto de parar en una nueva estación y ves que se preparan para el ataque. Ponte a temblar. Para el tren pero las puertas permanecen cerradas unas milésimas de segundo y ellos te miran, te miran con la mirada perdida o furiosa o deprimida... hay zombies de todos los gustos, pero todos coinciden en algo: forman una casi impenetrable barrera en torno a las puertas por las que todo el mundo tiene que pasar. ¿Por qué no se pondrán a un lado para no entorpecer el paso?
Se abren las puertas y ellos tratan de ocupar tu lugar, vamos a ver, ¿me dejas salir primero, gilipollas? Y se apartan mínimamente, lo justo para que pases de lado, deprisa y sin detenerte por si alguno no ha desayunado y te muerde. Agachas la cabeza y corres, quieres salir de ese ambiente opresor. Pero ellos te miran, esperan que te caigas o te resbales, desean reírse de ti y contarlo a sus colegas, desean que seas tú la anécdota del día. No lo harás. Empezarás a ir más despacio, esquivando a los zombies que han perdido el tren o que van pisando huevos, miras el reloj, piensas en lo tarde que es, te desesperas.
Hora punta. Y no sé si habréis ido alguna vez en esas horribles horas con el imbécil de la guitarrita, que te dan ganas de hacerte estrella del rock solo para estampársela en la cabeza. Tú vas tranquilamente escuchando a tu grupo favorito y ¡zas! en vez de oír los acordes que te alegran el día escuchas al lameculos que encima canta como si le estuviesen apuñalando, ¡por favor!
Pero ironías de la vida, con todo el amor que profeso a este singular medio de transporte, es el que más utilizo. Me lleva justo a donde quiero ir en cuestión de minutos, un lujo. La pena es que me tengo que tragar la fauna y flora del subsuelo urbano, con todo lo que ello conlleva... incluido mi habitual cabreo hasta que respiro el aire -me gustaría decir puro y limpio pero mentiría- de las calles de mi ciudad.
Ya sabéis lo que pienso, ahora ¿nos damos una vueltecita?

Aurora.


domingo, 8 de mayo de 2011

Querer


Querer. ¿Quién no ha dicho 'te quiero' alguna vez? Familiares, amigos, parejas... nos estamos regalando estas palabras constantemente, hacemos de ellas un uso indiscriminado. Es un verbo que te llena de ilusión y te hace renacer si crees en el significado que conlleva, por eso hay que saber distinguir a la gente que lo usa sinceramente de la que no. Ardua tarea, sin duda. Yo he aprendido a intuir quién miente y quién no cuando me dicen 'te quiero', pero siempre puedo equivocarme y llevarme la decepción.
Hay parejas que afirman quererse o incluso amarse a las pocas semanas de estar juntos... ¿¿¿hola??? ¿En qué mundo vivimos? Si es cierto que hay gente que se quiere y no pueden estar juntos y cuando, por fin, lo consiguen es un estallido de amor lo que sienten pero seamos realistas, no es ni el 1% de los casos de parejas del mundo. Lo normal es que te guste tu amigo, tu vecino, el de la clase de enfrente o algo así, y si se da el caso de que acabais juntos NO OS QUERÉIS. Os gustáis. El cariño y el amor llegan con el tiempo, lentamente.
Ocurre lo mismo en el plano de la amistad. Hay personas que creen que por llevarse de lujo, divertise muchísimo o compartir un sinfín de gustos y aficiones en común ya se quieren. ¡¡¡NO!!! Es lo mismo, apreciarás mucho a tu amiga o amigo pero el cariño se forma con el tiempo. He conocido a mucha gente que afirmaba quererme a las pocas horas de conocerme, mienten.
Esta reflexión que hago espero que os ayude a pensar en el uso que dais a los verbos que implican tantas cosas, emocionalmente hablando. Se puede hacer mucho daño si dejas creer a las personas que las quieres cuando lo que sientes por ellas es, en realidad, un cariño especial.
Tomad, si lo veis oportuno, mi ejemplo. Jamás digo 'te quiero' hasta que no estoy segura de que es cierto que lo siento. Puede que lo ponga al final de un comentario en Tuenti o Facebook o de un sms, como medio de poner fin a lo que quiero decir pero en persona es otro cantar. De mi boca salen: 'eres estupendo', 'te aprecio mucho', 'eres importante para mi', 'te adoro'... cosas así. ¿'Te quiero'? No. No es que no lo sienta, es que no quiero que la gente se haga ilusiones si al final resulta que es un gran aprecio o simple idolatría lo que siento. Razón vs. Corazón.

Aurora.

sábado, 23 de abril de 2011

Hipócrita



Hipócrita de mierda, juro que no sé cómo puedes tener a tanta gente engañada bajo esa fachada a la que llamas amistad. Por suerte puedo afirmar que hace ya mucho tiempo que descubrí de qué pie cojeabas, y sí, te utilicé cuando me convino, de la misma forma que pretendías hacerlo tú conmigo. Hay una gran diferencia, yo sabía qué quería de ti y cómo obtenerlo pero tú no has hecho más que dar palos de ciego y me he hartado de tus tonterías, niñata.
Os preguntaréis a que viene este repentino ataque de cólera, prestad atención: Conocí a Hipócrita (no se me ocurre ningún título mejor) hará unos 5 años aproximadamente en los pasillos del colegio. Teníamos amigos en común y nos pedimos algún que otro favor académico a pesar de que ella iba a un curso inferior. Casualidades de la vida, coincidimos en la misma clase al año siguiente en un centro de estudios completamente distinto.
No se puede decir que nos hiciésemos amigas pero podíamos contar la una con la otra, tanto dentro del centro como fuera. Formamos un grupo con otras compañeras y durante ese primer año todo parecía ir bien. No me molesté en conocerlas en profundidad, del mismo modo que tampoco dejé entrever mi forma de ser. Eso fue lo que me distanció de ellas hasta que los continuos roces me obligaron a aislarme. No me importó porque estábamos a finales de curso y sabía que al año siguiente no iríamos juntas a clase.
Tras el verano comprobé que, efectivamente, ellas iban juntas a un aula mientras que a mí me tocaba empezar de cero en otra distinta. Los roces persistían en los descansos y en el recreo, así que terminé mandándolas a la mierda y empezando una larga temporada de autismo escolar. Tenía miedo de hallar a gente así entre mis compañeros así que apenas mantenía relación con ellos, nos pedíamos apuntes o nos encubríamos ante los profesores pero solo lo estrictamente necesario. Era completamente independiente. Empezaba a formar un grupo de amigos que nada tenía que ver con el centro donde estudiaba que me ayudó mucho a salir adelante.
Al año siguiente, muy a mi pesar, volvimos a coincidir todas y cada una de nosotras en la misma clase. Parecía que habían olvidado los años anteriores y me dejé envolver en su juego, manteniendo una distancia prudencial. Pronto me di cuenta de qué iba cada una y no me importó. Fue ahí cuando me percaté de la condición de Hipócrita de esta niñata, es en ese momento cuando decidí utilizar su juego a mi favor. Ella solo me dirigía la palabra por interés, porque sabía que de mis apuntes dependía su aprobado. Ahí empecé a jugar yo también, Hipócrita tendría mis apuntes a cambio de información.
Solo hubo un momento en el que dudé de si realmente era tan falsa como creía, dudé porque estuvo a mi lado cuando nadie más me quería cerca (la lié muchísimo, como siempre, lo que produjo el rechazo entre mis compañeros... nada nuevo). Pero su condición se impuso, y pocos días después regresó la Hipócrita que yo conocía. Por suerte, esa "amistad" (tanto con ella como con el resto del grupo) terminó el día que nos dispersamos en pos de nuestros sueños. ¿El mío? La Universidad.
Después de resumiros mi historia estaréis más confusos todavía, ¿no? Veréis, esta absurda niñata y yo vivimos relativamente cerca, por lo que a veces me la encuentro por las calles, momento en el que toca hacer mi mejor actuación: falsa sonrisa y falso afecto me desbordan en su presencia. Anoche me llamó por teléfono. Pensé que querría algo, como siempre que me llamaba entonces, pero al ser cerca de las 2 de la madrugada no se lo cogí. Sus llamadas se sucedían, insistentemente, así que apagué el móvil. Por la mañana le he dejado el siguiente comentario en Tuenti: "Ey (su nombre), ¿para qué me llamaste anoche? :S" Bastante inocente, ¿no creéis? Imaginaos cuál ha sido mi sorpresa al conectarme hace poco y descubrir que en vez de contestarme ¡¡¡lo había borrado!!!
Hipócrita de mierda, no me vuelvas a pedir nada porque no pienso seguir disimulando el asco que te tengo. Solo la he pedido una cosa importante en todos estos años y no solo no ha sido capaz de hacerme el favor, sino que encima reniega de todo propósito de acercamiento por mi parte. Perfecto. Que te den.

Aurora.

sábado, 19 de marzo de 2011

3 años



Ya son tres años los que paso lejos de mi mejor amigo, sin modo alguno de contactar con él y sin fuerzas para hacerle una visita. Pensaréis que es algo extraño y dicho así quizá lo sea si no os explico que hace hoy exactamente tres años él falleció. No hay día que no le eche de menos o piense qué sería de mi vida si él estuviera aún aquí. Bobadas, él no va a volver, aunque le necesito tanto...
Nos conocimos en el colegio, y se forjó esa extraña amistad que nace en el seno de aquellos que se sienten rechazados por el resto de compañeros. Quizá nos unimos por no sentirnos solos, por querer creer que formábamos parte de algo tan fuerte como lo que nos rodeaba constantemente. Es posible que nuestro acercamiento se causara por no parecer unos marginados anti-sociales ya desde Primaria, pero lo cierto es que terminamos haciéndonos inseparables. "Yo cuido de ti y tú cuidas de mí" parecía ser nuestro lema.
El punto álgido de nuestra amistad llegó poco antes de pasar a la ESO, cuando nuestros juegos en el patio y nuestras risas a carcajadas por cualquier tontería resonaban entre los muros con mayor intensidad. La gente empezó a envidiarnos. Todos aquellos estúpidos que nos apartaron desde el principio bajaron la cabeza y pretendieron que los aceptáramos como si durante años hubiésemos sido una gran pandilla. La idea me causaba tanta repulsión como ahora, tantísimos años después.
Mi querido mejor amigo me convenció para darles otra oportunidad y lo intenté de corazón, no por los estúpidos sino por mi amigo, pero no pude. A partir del momento en que fuimos un solo grupo, todo cambió. Nada volvió a ser como antes. Ahora éramos un gran grupo y no solo él y yo. Los juegos y las risas que nos llevaron a ser el centro de atención del patio desaparecieron, ¿cómo iban a mantenerse? Los líderes estúpidos añadieron nuevas reglas y muchos más requisitos a la hora de jugar.
Quise rebelarme, pero no pude. Aguanté por él, porque le veía feliz rodeado de esos estúpidos. Esperé pacientemente el momento en que vería con otros ojos a esa gente que tanto daño me causaba. No llegó. Me alejé de ellos, quería que mi amigo fuese feliz pero no que ello me costara mi propia felicidad.
Me refugié de la soledad en los libros, me pasaba los recreos leyendo y las horas muertas escribiendo. Amaba los libros de una manera que nadie entendía, un amor aún vigente que marca las pautas de mi día a día. A pesar de mi evidente marginamiento, él no me abandonó. Nos sentábamos cerca en clase y hablábamos siempre que podíamos.
Crecimos y la amistad se enfrió, pero en los momentos que necesitaba su apoyo y compañía jamás me falló. Puede que ya no nos viéramos como antes y que todo fuese diferente pero seguía estando, eso me bastaba para salir adelante. No me enamoré de él, si es lo que estáis pensando, pero le quería con locura. Un amigo como no habrá otro igual en toda mi vida. No quiero. Necesito que su recuerdo permanezca intacto en mi corazón.
Hace ya tres años me dieron la fatal noticia. Todo ocurrió cuando yo estaba de viaje, por lo que no pude asistir al entierro ni prestar mi apoyo a sus familiares. Me cayó encima como un jarro de agua fría, entré en shock, no quería creer... Pasé una semana horrible en la que creía que todo era una broma macabra. Cuando fui a una misa-funeral en la capilla del colegio se me vino el mundo encima, nadie me había mentido, no era una broma... Mi mejor amigo ya no estaba.
He pasado tres años debatiéndome entre sentimientos de pena (le echo de menos, muchísimo, más de lo que os podáis imaginar), culpa (no me despedí) y mucho dolor (no es fácil perder a tu mayor apoyo en la vida). Ni siquiera sabía dónde lo enterraron hasta hace un mes. No podía preguntarlo antes. Necesitaba estar preparada para conocer la noticia, estar segura que no me vendría abajo al saber dónde localizarle. Ahora ya lo sé, pero toca reunir las fuerzas para ir a visitarle. ¿Me perdonará la tardanza? No estoy preparada para ir a verle, aún no, ¿lo entenderá?
Te quiero. Volvería a pelearme con el mundo entero si eso te devolviese a este mundo, a la vida, a mi lado. Nunca dejaré de echarte de menos, es inevitable que haya noches que me levante con la necesidad de llamarte y contarte cómo van las cosas... hasta que me despejo y la verdad me aplasta una vez más. Siempre amigos.

Aurora.

lunes, 14 de marzo de 2011

Quedada



Hacía tantísimo tiempo que nadie contaba conmigo para una Quedada real que creía haber olvidado lo que se sentía. Hacía más de un año que no iba a ninguna de estas reuniones, donde reina el buen ambiente y hacer el tonto y pasarlo bien en buena compañía es lo único que prima.
Debo reconocer que es una reunión "entre amigos" muy friki. Todos nos conocemos más o menos gracias a foros, chats y redes sociales, pero en persona somos pocos los que realmente nos hemos visto alguna vez. Todos somos fans incondicionales de un grupo de música y nos reunimos para hablar de ellos, soñar con el próximo concierto, ponernos al día de las últimas novedades... Como casi ninguno nos conocemos en el sentido estricto de la palabra es un poco arriesgado porque ¿quién nos garantiza que no es un loco haciéndose pasar por fan? Pero he aprendido a arriesgar y apostar por la buena fe de esta gente, y en más de dos años que llevo viviendo esta vida nunca me he encontrado con nadie peligroso.
Quizá mi experiencia personal no ayude mucho, porque hace tiempo que dejé de valorar el peligro real que entraña este curioso método de ampliar mi marco social. Siempre me consideré una persona anti-social hasta que Internet y los fans de este grupo me abrieron las puertas a una nueva vida. Gracias a ellos pude adaptarme a la sociedad y hacer amigos fuera de este ámbito. Les debo tanto a todos (el grupo, los fans, Internet)...
Ayer salí de Quedada. Estaba terriblemente nerviosa porque había llamado a mis amigas (también las conocí en una Quedada hace mucho tiempo) pero a última hora ninguna podía acompañarme. ¿Qué iba yo a hacer a continuación? Seguir adelante. Llevaba días planeando esa tarde y nada ni nadie me lo iba a estropear. Creía conocer a algunos fans de otros eventos así que sabía que, al menos unos pocos, no me estaban engañando.
Me alegro de haber ido y de haber conocido a más fans. A veces creo que son los únicos que realmente pueden entender lo que siento. La gente piensa que se me va la cabeza cuando hablo de mis ídolos y quizá sea así, pero me siento tan arropada entre la gente que piensa y siente como yo que ¿cómo creer que es una locura?
Me gustaría poder levantarme una mañana y explicar mucho más coherentemente mis sentimientos hacia mis ídolos, por qué lo siento así y qué es lo que ellos realmente despiertan en mi interior y cómo me hacen sentir. Son muchas cosas por las que me he ganado el título de "loca" en numerosas ocasiones porque nadie que no viva estos sentimientos con la misma intensidad que yo puede entenderme. Soy plenamente consciente de ello, por eso me encantan las Quedadas donde conozco a la gente que me comprende a velocidades de vértigo porque a todos nos pasa algo parecido cuando hablamos de este tema en concreto.
Ayer ocurrió algo totalmente inesperado. Hacía meses que sentía un terrible vacío en  mi interior, un vacío del que jamás hablé a nadie por no estropear más la imagen que el mundo tiene de mí. Ayer se llenó. Hacer el tonto por las calles, sentarnos en círculo en mitad de una concurrida plaza y cantar a voz en grito, reírnos de cualquier idiotez, fingir estar haciendo una encuesta grabando a la gente... Muchas tonterías juntas que quizá por sí solas no signifiquen nada pero que todas unidas me devolvieron un pedacito de mi interior que creía extinto.
Nadie se imagina lo mucho que necesitaba contactar con fans a través de la Red y reunirnos todos. Personalmente me faltó mucha gente, la que para mí es importante desde antes de saber de la existencia de la gente con la que quedé ayer, pero al final nada importa. He conocido a gente maravillosa una vez más, con la que ya planeo otra tarde de risas y cachondeo.
Fans verdaderos como nosotros quedamos pocos, somos una especie en peligro de extinción. Por eso debemos unirnos ahora más que nunca. Sois geniales, no veo el momento de repetir una tarde tan mágica y tan especial. Llenáis una parte de mi vida que absolutamente nadie más puede. Os llevo siempre presentes en mi corazón,

Aurora.