domingo, 6 de octubre de 2013

En vías de adaptación

Hola gentecilla, aunque pueda parecerlo no me olvido de vosotros ni por un instante. Ahora mismo vivo centrada en todos esos trabajos y quehaceres universitarios, por lo que no dispongo de mucho tiempo para escribiros. 

Sabéis, y si no os lo recuerdo, que ya no coincido con mis amigos en las clases y quizá por esto se me hace todo tan duro al principio. A los compañeros de tercero ya los tuve el año pasado y son bastante sosillos. Procuro vencer mi profunda timidez y acercarme a ellos, les hablo y no me vuelvo autista en los descansos, aunque varias veces es como si me obligaran a ello. No me dirigen apenas la palabra y me hacen sentir totalmente fuera de lugar, pero quizá es solo cuestión de darles tiempo. Entiendo que ellos se conocen desde hace mucho y yo soy "la nueva".

En cambio, los de segundo son muchísimo más agradables. Poco a poco me voy haciendo a ellos o ellos se van haciendo a mí, según se mire. Hemos empezado por hablar solo de temas relacionados con las clases y está bien, creo que es un buen comienzo. Además, hay un trabajo en grupo al que no dudé en apuntarme tanto por la nota como por ir conociendo a otros compañeros. Estoy nerviosa y temo que salga mal, aunque procuro seguir siendo optimista y pensar que acabaré el cuatrimestre con algunos amigos más -o al menos buenos colegas-.

Por otra parte, no dejo de pensar en mis amigos, los que están en cuarto. No les veo nunca y apenas coincidimos en los pasillos. Creo que esto influirá negativamente, o no, tal vez nos una más. No sé qué pensar sobre ellos. Echo de menos mi clase original y nunca creí que llegara a decir esto. Extraño a los pelotas, a los engreídos, a los raros, a los gilipollas y a mis amigos. Echo de menos ver sus caras y pensar que es una suerte conocer a toda una clase de más de 80 miembros. Echo de menos buscar a alguien y no encontrarle porque está de Erasmus. Con los de segundo y tercero no me pasa porque apenas conozco a unos pocos. 

Estoy abierta a conocer a todo aquel que quiera dejarse conocer, pero una cosa tengo clara: no pienso forzar situaciones. Hay gente en segundo que si me ve por los pasillos me dirige el saludo, mientras que alguno de tercero que sabe quién soy se hace el loco para no saludar. Muy bien, yo no me pierdo nada. 

Si tuviera que hacer un pronóstico aquí y ahora diría que con los de tercero me va a costar bastante porque son sosos y raros, pero los de segundo parecen más abiertos y con más capacidad para querer conocer a gente nueva. De todas formas solo han pasado unas pocas semanas. Nada está decidido.

Deseadme suerte, la voy a necesitar.

Aurora