lunes, 3 de octubre de 2016

Una tarde palaciega


Queridos lectores, el viernes me reencontré con una vieja amiga de mis primeros años de carrera. ¡Cómo ha pasado el tiempo! Estar con ella fue como volver atrás en el tiempo, no ha cambiado absolutamente nada nuestra relación a pesar de no habernos visto en varios años, y ni os imagináis lo gratificante que es.

Allá por segundo de carrera, visitamos un palacete de nuestra ciudad que tenía relación con lo que estábamos estudiando. Fue increíble y nos encantó. Siempre dijimos que teníamos que volver, que no podía ser esa la única vez que nos dejáramos maravillar por los lienzos, la ostentosidad, las amplias salas, las decoraciones tan dispares entre las distintas estancias, etc. Lo hemos cumplido.

Justo coincidió que el día que íbamos a quedar se celebraba allí una representación en la que los actores hacían de mayordomos, amas de llaves, criadas... y te enseñaban los entresijos del palacete como si realmente hubiésemos viajado al siglo XIX. Un viaje en el tiempo en el que pudimos volver a encandilarnos como ya hiciéramos años atrás. 

Un viernes diferente con alguien muy especial. Y vosotros, ¿qué hicisteis? 

Aurora.




viernes, 30 de septiembre de 2016

Primer contacto


Queridos lectores, al final no surgió ese viaje con amigos y, por eso, no publiqué la  pertinente entrada. Fue un fin de semana tranquilo y creo que de verdad fue la despedida del verano.

Escribo esta entrada para hablaros de mi primer contacto con mis compañeros del Máster en la reunión de presentación. Somos unas 300 personas con el mismo objetivo y una meta común: educar a las nuevas generaciones. Nos confirmaron que nos han tenido que dividir en grupos en las asignaturas comunes porque "somos demasiados"; por otra parte, tenemos asignaturas específicas que cursaremos solo con gente de nuestra modalidad. ¡Estoy ansiosa por empezar!

Fue una reunión muy motivadora y me he quedado con ganas de saber más, de seguir aprendiendo y de luchar por una educación de calidad para los jóvenes, y ¿quién sabe lo que me depara el futuro? Nos recalcaron que nuestro Máster no cierra fronteras, podemos enseñar en cualquier parte.

Espero que vosotros también estéis progresando en vuestras metas personales.

Aurora.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Que no termine Septiembre


Queridos lectores, creo que lo que llevamos de Septiembre merece su propia entrada. Os comentaba en la entrada anterior que Philip y yo creíamos que la escapada a la playa levantina era el fin de nuestro verano ¡y qué equivocados estábamos! 

Sí es verdad que yo me he vuelto a escapar allí con la familia mientras él se quedaba trabajando, principalmente porque iba mi tía -la de los viajes por su cumpleaños-, a la que adoro y con la que me gustaría pasar más tiempo, así que cuando me enteré que esta escapada era por ella, me apunté enseguida. 

Fue todo un poco caótico: comprar billetes deprisa y corriendo, preparar una maleta de última hora, tener en cuenta otro viaje pendiente... pero, al final, salió todo mejor que nunca.  Ella se lo pasó en grande y disfrutó cual niña, que era para lo que estábamos allí. ¡Misión cumplida! 

Yo me tuve que volver antes por ese viaje que acabo de mencionar. Un buen amigo nos invitaba a Philip y a mí -junto con otros amigos suyos- a pasar unos días en nuestro amado norte, en otra zona diferente de la de Agosto pero que nos enamora igual. La esencia es la misma: buena gastronomía, bosques inexplorados, playas paradisíacas -como la de la foto-, un mar salvaje y mucha paz. Nos gusta tanto que no pudimos declinar su oferta.

Volvimos a casa completamente renovados y pensando que de verdad se acababan los viajes para dar paso a una rutina otoñal. Pero ¿y si este fin de semana nos volvemos a escapar a Levante con unos amigos? ¡Os informaré!

Aurora.



Mágico Agosto


Queridos lectores, me quedé sin poder comentaros todo lo que me pasó en Agosto, salvo ese fin de semana tan especial en un balneario. Lo primero es hablaros de los dos días de vacaciones que Philip se pidió para unirlos a un fin de semana y un lunes de fiesta, nos marcamos un buen puente. 

Como teníamos días de sobra, aprovechamos para poner rumbo al norte. Un lugar mágico con escarpados acantilados, frondosos bosques, un mar limpio y salvaje... solo hay que ver la foto que enmarca esta entrada. Nos encanta escaparnos a esa zona porque es tranquila, es auténtica, está lejos del ruido y la contaminación de las grandes ciudades ¡y se come mejor que en ninguna otra parte! Es otra forma de relajarnos, merecen la pena todos esos kilómetros para disfrutar de un estilo de vida imposible en nuestro mundo urbano. Fueron cinco días en los que decidimos disfrutar del mar, del sol, de la gastronomía y, sobre todo, de la paz norteña.

Volvimos a casa un poco tristes, pero al fin de semana siguiente pudimos escaparnos a esa mítica playa levantina. Podríamos haber elegido un estilo austero, pero preferimos ir a todo tren ya que, al fin y al cabo, el verano estaba tocando a su fin -o eso creíamos-. Fuimos a mi restaurante favorito, a una hamburguesería que nos recomendaron, de copas al pub de siempre, etc. Y entre medias mucha playa, mucho sol y un poco de piscina. ¡No nos podemos quejar!

El fin de semana siguiente fue mucho más tranquilo, creo yo que para despedir Agosto con un poco de calma y algo de dinero en los bolsillos. 

¿Y vosotros? ¿Os lo habéis pasado bien?

Aurora.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Spa


Queridos lectores, ayer os prometí -vía Twitter- una entrada, al menos, de este mes. Para empezar, quiero comentaros que ha sido un Agosto movidito y colmado de planes. Philip trabaja y, por lo tanto, todos se resumen en los fines de semana. Un mes intenso, os lo garantizo.

Quiero hablaros del primer fin de semana de Agosto 2016. Fuimos a un spa alejado de todo, un paraje natural a unos 200 km de nuestra ciudad, con un montón de tratamientos incluidos. Sinceramente, fue un fin de semana pasado por agua. Maravilloso, mágico, completamente especial y diferente a lo que habíamos hecho hasta ahora y, por supuesto, escandalosamente caro. Todo lujo tiene un precio, dicen.

Llegamos al hotel el viernes a mediodía; Philip vino a buscarme a casa después del trabajo y partimos sin demora. Hablo en mi nombre cuando digo que llegué un poco desfallecida de hambre, pero tenía preparados unos gigantescos bocadillos de pollo empanado. Un clásico español de los viajes. Descansamos un rato, sobre todo él, que es quien trabaja y conduce, y enseguida llegó la hora de la primera sesión de spa.

Camas de agua, chorros de todo tipo (lumbares, cervicales, de espalda, de muslos), contrastes térmicos, dos tipos diferentes de jacuzzi... ¡de todo! Increíble y sin palabras. No es el mejor spa en el que he estado, todo hay que decirlo, pero merece mucho la pena. Terminamos bien arrugados y relajados, que para eso estábamos allí.

Cenamos fuera del hotel, en un restaurante pequeño típico de pueblo, muy limpio, con un trato excepcional y una comida riquísima. Platos sencillos, de la tierra, cocinados en su punto y súper sabrosos. No se puede pedir más, de verdad que no tengo ninguna queja y si vuelvo por allí, tienen una clienta asegurada.

El sábado desayunamos en el hotel, ligerito porque teníamos doble sesión de spa. Primero fuimos al circuito de la sauna, el baño turco y las termas, ¡maravilloso! Un poco apartado de la piscina del día anterior, lejos del jaleo de otros clientes del hotel, con un té o infusión incluido para templar también el interior del cuerpo. Me encantó, así de sencillo. Y, al salir, tocaba otra vez ir a la piscina y disfrutar de los chorros, los jacuzzi y empaparnos del relax más absoluto.

Después de comer y de una breve siesta, nos deleitamos con un masaje relajante con aceites esenciales. Sí, repetiría, no lo dudo ni un instante, pero es que el fin de semana no acaba aquí. Tras el masaje fuimos a unas cuevas que datan del siglo XII y que tienen su propio manantial. Nos bañamos tranquilamente y estuvimos muy cómodos, además, nos obsequiaron con una botella de champán. Fue realmente mágico.

Siendo sincera con vosotros, también teníamos incluida otra sesión de spa a las 23h, pero consideramos que ya estábamos demasiado arrugados y relajados -un poco de todo- como para bajar.

Un fin de semana realmente mágico que recomiendo a todo el mundo. Es algo que no vamos a hacer todos los días, ¡animaos! 

Aurora.



viernes, 29 de julio de 2016

Julio 2016


Queridos lectores, después de un Junio con más entradas de lo habitual en los últimos años, no quería dejar un vacío en el mes de Julio pese a que no he parado mucho por casa. Lo principal que quiero comentaros es que después de días de trámites y papeleos interminables ¡¡¡me admitieron en el Máster!!! Ya no solo soy filóloga titulada sino que, además, estoy en el buen camino para ejercer mi profesión. 

Luego me fui dos semanas a esa odiosa playa levantina de todos los años y esta vez cambié la perspectiva. Solo dos semanas -y no dos meses- es un periodo de tiempo razonable en el que valoras las cosas de otra manera. Fui un viernes y ese fin de semana lo pasé junto a Philip hasta que él tuvo que volverse el domingo -os recuerdo que él está trabajando- y si lo pensáis bien, hasta el viernes suman solo 4 días. Sol, playa, piscina, paseos y muchas, muchas horas dedicadas a los libros. 

Así llegó el siguiente fin de semana a su lado, fugaz como el anterior y contando cada segundo que tenía para estar a su lado. Y cuando la responsabilidad llamó a su puerta en forma de "es domingo y mañana trabajo" volvió a irse, dejándome otros 4 días -parecía que no iban a terminar nunca- allí sola con parte de mi familia. 

Lo mejor vino en forma de viernes, no solo Philip llegaba a la playa, sino también tres amigos de nuestra ciudad. Hice una maletilla con cinco cosas y me fui a pasar el fin de semana con ellos. Fue vivir el verano de otra forma: fiestas hasta la madrugada, bajadas a la playa a horas de máximo calor, comer tarde, siestas y otra vez fiesta. Ese no parar que nos caracteriza cuando estamos juntos.

Pero volvernos todos a casa no significa que termine un Julio de ensueño para mí porque este fin de semana nos vamos de excursión a celebrar el cumpleaños de mi tía y por la noche iremos a una fiesta en casa de ese mismo amigo que me acogió en Levante. Ya llegará el curso para hacerme descansar pero, de momento, yo lo que quiero es disfrutar cada día del verano.

La vida pasa demasiado rápido, aprovechad cada instante.

Aurora. 

jueves, 30 de junio de 2016

Una Tea Party diferente


Queridos lectores, ayer fue una tarde maravillosa. No os podéis hacer a la idea de lo mucho que me gusta poder ir a una tetería con Philip. Él había odiado siempre el té hasta que, en el corazón de París, probó el té moruno. Es una variedad mucho más dulce que el té británico o el asiático (chino y japonés, principalmente) y, al llevar hierbas aromáticas, le da un regusto mucho más fresco.

Ahora, muy de vez en cuando, nos vamos a una tetería árabe que me encanta y pasamos la tarde de una forma diferente. Unos tés, una cachimba y el relajante sonido del agua fluyendo en la fuente. Las horas vuelan, literalmente. Concretamente, ayer se nos hizo tarde y aprovechamos para pedir unas raciones y cenar.

Siempre insisto en que es un plan barato que merece la pena, pero entiendo la reticencia de la mayoría de la gente a beber té. Por eso propongo ir a una tetería árabe, en la que además te pueden servir café, cerveza, refrescos, copas, cócteles... Una gran variedad para todos los gustos.

Me encanta lo exótico, cada día un poquito más. Me gusta ir a diferentes tipos de restaurantes y probar productos típicos de diversas partes del mundo, esto no implica que me guste todo lo que pido pero ¿cómo voy a saberlo si me niego siquiera a intentarlo? Y una tarde moruna la puedes tener por unos 3€ si pides solo té. Es maravilloso para los bolsillos castigados.

Os animo a hacer planes que os hagan felices, aunque tengáis que negociar para lograrlo.

Aurora

jueves, 23 de junio de 2016

Regreso al pasado


Queridos lectores, el otro día quedé con una vieja amiga a la que hacía tiempo que no veía. Me quedé con una sensación bonita y extraña a la vez, el tiempo pasa y de vez en cuando quedo con ella y es como volver atrás, como volver a aquellos años en los que todo era diferente, nosotras éramos diferentes.

A veces recordamos anécdotas y de verdad siento que me está hablando de una desconocida, que yo no soy así y me cuesta reconocerme en sus recuerdos; supongo que a ella le pasará lo mismo. Y hablando del presente y del pasado, de todo lo que nos venía a la mente, llegamos a la conclusión de que deberíamos reunirnos todas las del antiguo grupo, aunque solo fuera una vez. ¡Sería tan bonito!

Por muy emotivo que me imagine el encuentro, no puedo evitar pensar como adulta y darme cuenta de lo difícil que es, hace demasiados años que no sé absolutamente nada de algunas de ellas y con otras me une una indiferencia casi insalvable. He pensado mucho en ello, incluso antes de que esta chica me lo mencionase, y sí, sería precioso volver a estar todas juntas como si el tiempo no nos hubiese distanciado, pero ahora somos unas completas extrañas y sospecho que a más de una le parecerá de risa y no vendrá.

Posiblemente seamos capaces de recuperar los teléfonos de casi todas entre esta chica y yo -personalmente guardo alguno anotado en algún cuaderno- y, quién sabe, quizá después del verano le recuerde nuestra conversación y nos decidamos a intentarlo, ¿qué podemos perder? Y si alguna no se anima, tampoco creo que se acabe el mundo; al fin y al cabo hace muchísimos años que no nos vemos y solo sería una tarde más de las muchas que vendrán.

La vida es sueño y los sueños, sueños son. ¿Quién soy yo para cortar las alas a la esperanza? 

Un abrazo,

Aurora

sábado, 18 de junio de 2016

Vacaciones 2016


Queridos lectores, empiezan las vacaciones más especiales de mi vida. No se trata de hacer viajes increíbles y conocer parajes exóticos, no, este año no. Son especiales porque las estreno como Filóloga en ciernes, graduada, titulada y en pos de especializarme con el Máster de mis sueños. ¡Es casi mágico! Nadie sabe lo feliz que soy y lo inmensamente orgullosa que estoy, porque lo he logrado, porque por fin voy cumpliendo mis objetivos.

Puedo parecer pretenciosa, pero cuando has trabajado tanto, con lágrimas, sudores y casi sangre, y obtienes esa ansiada recompensa sientes una explosión de felicidad. Necesitaba certificar el inglés y lo hice, terminar la carrera y la terminé... todos los trámites se van cerrando en torno al final de la etapa académica ¡y lo estoy deseando!

Además, Philip está trabajando en algo relacionado con su campo de estudios y me siento muy orgullosa de él, porque también se lo merece. Va a ser un verano duro en el que solo podremos vernos los fines de semana, pero haremos todo lo posible -y lo imposible también- por hacer escapadas de todo tipo y aprovechar esos escasos minutos juntos.

Os deseo un feliz verano a todos e intentaré escribir de vez en cuando,

Aurora 

jueves, 11 de febrero de 2016

Último empujón


Queridos lectores, ha pasado un montón de tiempo desde la última entrada. Al final todos los viajes que tenía previstos salieron increíblemente bien y hasta nos sobró dinero a Philip y a mí para hacer una escapadita a la capital francesa. Fue alucinante, una ciudad magnífica y llena de magia y olor a Historia en cada rincón.

Al volver, empecé el curso académico -el último, por fin- y, aunque tenía muy pocas asignaturas, el tiempo se me fue con las prácticas. Horas y horas encerrada entre las paredes de la Facultad, corriendo al tren para ir al otro centro y otras tantas horas allí. Ha sido realmente caótico, pero he terminado tan contenta y con las ideas tan claras sobre mi futuro que todo ha merecido la pena. 

Todo el mundo descansa en Navidad, menos los universitarios, parece ser. Esas semanas sí que han sido un auténtico horror por la acumulación de trabajo y los exámenes a la vuelta de la esquina. Y, aun así, no he podido renunciar a un viajecito al norte para renovar las ideas y volver a casa con un concepto más claro de cómo enfocar los diversos trabajos. Y, sin que sirva de precedente, me ha salido bien la jugada, ya que he aprobado todas las asignaturas -y sigo pendiente de la nota final de las prácticas-.

Con energía renovada y la motivación cargada hasta el máximo entro en la real recta final de la carrera: una última asignatura y el TFG. Por si fuera poco, también estoy en una academia de inglés que me ayudará a certificar el nivel que me piden para el Máster y así, paso a paso, cierro esta etapa de mi vida. La carrera ha sido una fuente inagotable de datos e información muy valiosos, al menos para mí, y estoy deseando especializarme para poder ejercer.

Ánimo a todos, con tiempo y esfuerzo se logran cosas increíbles. Un abrazo muy fuerte a todos,

Aurora